El agua de la piscina siempre debe estar impoluta y libre de microorganismos para su uso. Hay muchos factores que afectan en el correcto estado del agua: algas o microorganismos, nivel de pH, restos que se queden flotando o se hundan…
Si sigues los consejos que te vamos a dar a continuación, conseguirás una piscina limpia y perfecta para que la puedas disfrutar y pasar allí tus momentos de relax. A continuación te vamos a dar 3 consejos sobre cosas que no debes hacer o evitar, y otros 3 sobre cosas que sí son recomendables que hagas.
Contenido
No hagas:
Sobrevalorar la capacidad de tu fuente de agua
Uno de los errores más comunes es creer que se tiene una fuente de agua ilimitada, y que puedes filtrar al ritmo y las horas que quieras, sin miedo a quedarte sin agua. Este error se ve todavía más agravado si el principal soporte de agua es un pozo. Tienes que tener en cuenta la capacidad que tiene tu fuente de agua, y saber gestionarla adecuadamente.
La gestión de agua va en función de la capacidad total del pozo y del agua que tiene en ese momento. No es lo mismo un pozo con una capacidad más limitada, que uno que sea grande y además cuente con mucha agua.
Parece bastante obvio este primer consejo, ¡pero no por ello te olvides de él si no quieres llevarte un susto no deseado!
Usar el mismo sistema de filtración para tu casa y tu piscina
Otro error que sucede en numerosos casos es hacer que el sistema de filtración sea el mismo, tanto para tu hogar como para tu piscina. Lo ideal es que los mantengas independientes, ya que puedes llegar a tener problemas si el sistema tiene que llevar a cabo la filtración de ambos. Ten en cuenta que es más probable que tengan lugar averías y que si las hay, van a afectar a tu casa y a tu piscina a la vez.
Un ejemplo para que te des cuenta de las consecuencias que puede llevar es que si hay una avería en el sistema que comienza en la piscina, va a acabar llegando a tu casa y puede provocar una inundación. Nadie quiere que su propia casa se inunde, así que mantén por separado el sistema de filtración y no tendrás que lidiar con problemas como este.
No aceptar concesiones de agua
Puede que creas que tienes la capacidad de sobra para llenar y filtrar tu piscina, sin que te falte absolutamente nada de agua. No por esto tienes que desechar ayudas o concesiones que te den empresas.
Usar un servicio de agua es más caro que llenar la piscina por tus propios medios, pero trae consigo algunos beneficios. El más claro es que el agua que te aporte la empresa va a estar limpia de altas concentraciones en sustancias no deseadas, y va a tener un correcto nivel de pH.
Mejor haz:
Filtra tu piscina y evita que se concentren minerales o metales
Una piscina que cuenta con altas cantidades en hierro, calcio, manganeso, etc., es una noticia grave.
Sustancias como el calcio y el magnesio hace que el agua fluya menos y que se acabe quedando más estancada.
Con el caso del manganeso o el hierro, lo que provocan es que el agua adopte un color verdoso o marrón. Si la concentración de hierro llega a ser muy alta, puede provocar que tu piscina sea un caldo de cultivo perfecto para microorganismos y bacterias.
Los filtros con arena son una solución muy buena para evitar que estos minerales se acumulen en tu piscina.
Controla el nivel de pH
El nivel de pH es algo que siempre tienes que tener en cuenta, ya que si hay un desequilibrio y el agua está demasiado ácida o alcalina, puede provocar irritaciones en la piel y demás problemas dermatológicos.
Se considera que el agua de una piscina es ácida si se encuentra por debajo del 7.0 en la escala del pH. El agua ácida es responsable de irritación de ojos, de la piel e incluso genera una sensación no conforme cuando estás nadando en ella. Si el nivel está muy bajo, puede llegar a corroer metales que formen parte del sistema de filtrado de tu piscina.
El agua alcalina se considera como tal si excede el 7.0-7.5 en la escala del pH. Las consecuencias son irritaciones en la piel, mayor probabilidad de que se contamine la piscina, etc.
Usa cloro
Aunque el agua esté limpia de bacterias y demás microorganismos que pueden estar campando a sus anchas, eso no es excusa para que no uses cloro. El cloro en cantidades pequeñas es el perfecto desinfectante contra cualquier microorganismo.
Usar cloro en tu piscina te asegurará que esté limpia y a salvo de una posible colonización de bacterias, que pueden acabar infectando a las personas que estén en la piscina y que enfermen.
Una alternativa al cloro es la sal, pero en este caso tendrás que instalar un clorador salino que será quien producirá el cloro necesario para desinfectar el agua.
Aquí te dejo mas consejos para mantener el agua de tu piscina limpia y cristalina.