Como propietario de una piscina seguro que en un momento u otro te has preguntado ¿los fosfatos en el agua de la piscina son un problema que es necesario eliminar? Por ser breves y no alagar mucho este post, la respuesta es NO.
Por tu tranquilidad y no dar fe ciega por mi respuesta, veremos que nos ha llevado a dar ese NO rotundo.
Algunos profesionales de piscinas y vendedores de productos químicos para piscinas te dirán que solo eliminando los fosfatos de la piscina puedes controlar totalmente el crecimiento de algas. Sabemos que los fosfatos son una fuente de nutrientes para las algas. Cuantos más fosfatos tenga el agua, más alimento habrá para que las algas consuman y más rápido crecerán las algas. Vamos por buen camino con la explicación, ¿no crees?
Contenido
- La versión condensada
- ¿Qué son los fosfatos?
- Una historia jabonosa
- Cómo los fosfatos dañan el medio ambiente
- Los fosfatos en el agua de la piscina no van a ninguna parte
- Los removedores de fosfato pueden ser tóxicos
- Los removedores de fosfato pueden anular los efectos de los secuestrantes de metal
- ¿Qué pasa con los cloradores de agua salada?
- El veredicto: realmente no necesitas un removedor de fosfato
Pero esto es solamente la mitad de la historia. En realidad, es menos que la mitad de la historia. Eliminar la fuente de alimento de las algas no está realmente abordando el problema de algas en tu piscina. La idea de utilizar un producto para eliminar los fosfatos de la piscina es tan tonta e innecesaria como destruir todo un huerto para deshacerse de las plagas.
Vamos a profundizar en el tema para demostrar por qué los fosfatos en el agua de la piscina no es en punto donde debes centrar tu atención o gastar tu dinero.
La versión condensada
Los fosfatos no son tóxicos ni dañinos, y eliminarlos como remedio para la formación y proliferación de algas es ineficaz. Lo mejor que puedes hacer es mantener niveles adecuados de cloro, usar regularmente un algicida para evitar que las algas florezcan en la piscina y, ocasionalmente, aplicarle un tratamiento de choque a la piscina, una cloración de choque, para darle un buen golpe de desinfección.
Si continuas leyendo, aunque sea por curiosidad, te voy a explicar exactamente por qué esto es cierto aplicando un buen método científico para ello.
¿Qué son los fosfatos?
Esto es lo primero que tenemos que preguntar para conocer a que nos enfrentamos. Los fosfatos son compuestos químicos que contienen fósforo y oxígeno. A veces pueden contener hidrógeno, así como otras sustancias químicas.
Por ejemplo, cuando el fósforo se combina con la sal, el compuesto resultante es el trifosfato de sodio, también llamado tripolifosfato de sodio o STPP. Esto puede sonarte extraño, pero es probable que lo hayas utilizado antes, posiblemente todos los días. Veamos un poco la historia que comienza a mediados de la década de 1940, con una breve parada en la España del siglo XII.
Una historia jabonosa
Los jabones y detergentes solían estar hechos de ingredientes naturales como cenizas de madera y grasa animal o sebo. Y probablemente hayas oído hablar de jabón de Castilla y sepas que es un limpiador a base de vegetales, pero ¿sabes a que debe su nombre?.
Cuenta la leyenda que el jabón a base de aceite vegetal se creó hace milenios en Siria y luego, en el siglo XI, fue descubierto por los cruzados que trajeron el “jabón de Alepo” a España e Italia.
Lo que es cierto es que en algún momento en el siglo XII, los fabricantes de jabón comenzaron a producir jabón a base de aceite de oliva en Castilla (España). Finalmente, el jabón de Castilla pasó a significar cualquier jabón a base de aceite vegetal.
Si bien el jabón elaborado con ingredientes naturales puede ser bueno para el medio ambiente, no siempre es el limpiador más eficaz, especialmente cuando se trata de disolver la grasa. La capacidad de disolver la grasa se denomina detergencia, y de ahí proviene la palabra detergente.
Los jabones naturales se usaron durante siglos hasta justo después de la Segunda Guerra Mundial, cuando la industria del jabón comenzó a desarrollar detergentes sintéticos que podían funcionar mejor en áreas con agua dura y no dependían de grasas y aceites, que tenían una gran demanda. Y así comenzó una revolución en las lavanderías en todo el mundo y la utilización de fosfatos, en particular el STPP muy eficaz eliminando los depósitos de calcio.
Durante las décadas de 1940, 50 y 60 la utilización de fosfatos en la industria hizo que lagos y rios se llenaran de este producto dando lugar a una gran proliferación de algas, un verdadero problema en el ecosistema.
Cómo los fosfatos dañan el medio ambiente
Los ecosistemas dependen de delicados equilibrios. La presencia de alimento, agua y oxígeno son las necesidades más básicas de todos los organismos vivos.
En ambientes acuáticos, peces, plantas y muchas otras criaturas y organismos que viven bajo el agua dependen de la presencia de oxígeno en el agua. Esto incluye algas. Cuantas más algas en el agua, menos oxígeno hay para los demás seres que dependen de ella. Sin oxígeno comienzan a morir.
Las algas almacenan fosfatos para mantenerse. Cuando muere, las algas se hunden hasta el fondo y el fosfato que retenía se libera nuevamente en el agua para servir como alimento para las algas restantes. El ciclo continúa y empeora, especialmente con la introducción de fosfato nuevo de fuentes externas. Este exceso de algas se denomina contaminación por nutrientes y sigue siendo uno de los peores tipos de contaminación del mundo actual.
Además, cuantas más algas haya en una fuente de agua potable, menos agua limpia habrá para beber, por lo que los mamíferos que dependen de un lago o arroyo también comenzarán a morir o se verán obligados a moverse para poder alimentarse y encontrar agua.
Finalmente, cuando se contamina con un crecimiento excesivo de algas, tiene un efecto negativo en el tratamiento del agua al obstruir las entradas, encarecer la filtración, aumentar la corrosión de las tuberías y causar problemas de sabor y olor.
El mayor esfuerzo para hacer que el agua infestada de algas sea adecuada para nuestro uso cuesta mucho dinero, que terminaremos pagando todos.
Los fosfatos que terminan en nuestras fuentes de agua estaban causando una enorme crisis ambiental. Por este motivo prácticamente ya no se utilizan fosfatos en la industria de detergentes.
Los fosfatos en el agua de la piscina no van a ninguna parte
Como hemos dicho, los fosfatos como fuente de alimento para las algas han sido, y siguen siendo, un problema en las fuentes de agua naturales y nuestras fuentes de agua potable.
No es necesario que le digamos que su piscina no es ninguna de esas cosas.
Tampoco necesitamos decir que no va a drenar su piscina con mucha frecuencia, lo que significa que no tendrá miles de litros de agua cargada de fosfato vertiéndose en el sistema de agua municipal de forma regular, y eventualmente llegará a los lagos y arroyos locales.
No solo eso, estoy bastante seguros de que si eres un propietario consciente, estás usando cloro o algún otro tipo de desinfectante en tu piscina, lo que significa que ya estás haciendo que el agua sea inhóspita para las algas.
Y si estás utilizando un algicida además de eso (lo cual recomiendo encarecidamente que hagas), está disminuyendo la probabilidad de desarrollar algas de la piscina a casi cero.
Entonces, ¿por qué debería gastar más dinero en otro químico para dejar de alimentar algo que ya estoy matando y previniendo? Simplemente no tiene ningún sentido. De hecho, además de los gastos veremos un par de razones por las que en realidad querrás evitar el uso de removedores de fosfato.
Los removedores de fosfato pueden ser tóxicos
Ya que hemos estado hablando sobre el medio ambiente, primero veamos los efectos del eliminador de fosfato allí.
Algunos de los removedores de fosfato más populares tienen como ingrediente activo el lantano . Es un elemento de metal blando que está clasificado como un elemento de tierras raras. El lantano se clasifica como moderadamente tóxico y utilizar este para eliminar el fosfato, fuente de alimento de algas y plantas, no tóxico parece un poco ridículo. Además, el lantano puede ser acumulado por el organismo. Aun siguen los estudios para determinar el nivel de “toxicidad” en los organismos, incluido el humano.
Los removedores de fosfato pueden anular los efectos de los secuestrantes de metal
Los secuestradores de metales mas eficaces son los basado en fosfatos. Si el nivel de cobre no se controla el agua se volverá verde, y si el nivel de hierro es alto el agua se volverá marrón, un poco asqueroso todo esto.
Si tiene metal en el agua de la piscina y usas un secuestrante a base de fosfato y luego usa un eliminador de fosfato, estás negando los efectos del secuestrante.
Reducir el nivel de fosfato, pero tendrás poco o ningún éxito para contrarrestar los efectos del metal, lo que significa que estarás desperdiciando dinero en dos frentes.
¿Qué pasa con los cloradores de agua salada?
Además del debate general sobre los fosfatos, es posible que haya visto que algunos sitios web mencionan que los fosfatos pueden provocar un mal funcionamiento de los cloradores de agua salada.
Algunos propietarios de piscinas pueden afirmar que los fosfatos son los culpables de que sus cloradores no puedan producir cantidades adecuadas de cloro. Pero, ¿y si es al revés? ¿Qué pasa si la piscina contiene más fosfatos porque el clorador no produce suficiente cloro en primer lugar para matar los contaminantes y organismos que producen fosfatos?
No lo sabemos con certeza porque ya que no existen estudios científicos de este posible fenómeno y no tenemos acceso a una cantidad suficiente de grupos para probarlo nosotros mismos. Puedes llegar a la conclusión que el agua verde de tu piscina se debe a que tiene muchos fosfatos y proliferan las algas. Mi experiencia es que en estos casos el problema se resuelve con mas horas de cloración, luego es un problema de cloro y no de fosfatos.
Entonces, hasta que veamos evidencia sólida, seguiremos nuestro consejo de que un removedor de fosfato es innecesario, incluso en una piscina de agua salada.
Qué hacer con los fosfatos en una piscina de agua salada
Si tienes una piscina de agua salada, si los niveles de fosfato son altos y tu clorador no produce suficiente cloro, lo primero que debe verificar es que su clorador esté construido para manejar el tamaño de su piscina de forma adecuada.
Incluso si lo es, es posible que tengas que agregar cloro de vez en cuando, según el lugar donde vivas y las condiciones ambientales.
Y finalmente, tal vez necesites otra cloración de choque en la piscina, sobre todo cuando llueve, con la lluvia llegarán mas fosfatos a tu piscina.
Examine todos los posibles factores que pueden estar contribuyendo a los niveles bajos de cloro antes de llegar a la conclusión de que necesitas rociar tu piscina con un eliminador de fosfato potencialmente tóxico.
El veredicto: realmente no necesitas un removedor de fosfato
Si te has quedado con nosotros hasta el final, conocerás un poco la historia del detergente pero sobre todo te ayudará a ahorrar dinero al mantener tu piscina.
En las piscinas, los fosfatos pueden provenir de diversas fuentes, como la contaminación del aire, el agua de lluvia y la suciedad que entra en la piscina. Los fosfatos pueden actuar como un alimento para las algas y otros organismos acuáticos, lo que puede llevar a un crecimiento excesivo de estos en la piscina.
Concéntrese en los tres luchadores contra las algas más importantes: desinfectante, algicida y la cloración de choque de la piscina de forma ocasional. Tu piscina estará bien si te centras en estos tres puntos.